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El Periódico - 14-11-2025 Un grupo de estudiantes de primer año de la Tecnicatura Superior en Gestión Ambiental de la Escuela Normal “Dr. Nicolás Avellaneda” presentó en el Concejo Deliberante de San Francisco un proyecto de ordenanza para la creación de un Programa Municipal de Gestión y Recolección de Residuos de Antibióticos y Medicamentos (RAM). La iniciativa fue canalizada a través de la banca del vecino y busca dar respuesta a una problemática emergente con impacto ambiental y sanitario.
Noelia Bravo, Marilena Servín y Maira Martínez son las autoras del proyecto, desarrollado en los espacios curriculares Fundamentos de Ecología y Legislación Ambiental como Instancia Evaluativa Final Integradora.
Según contaron, la propuesta surgió tras detectar que no existe en la ciudad una normativa específica para gestionar este tipo de residuos, que habitualmente son descartados a través de la basura común o el inodoro, generando graves consecuencias.
“Nos sorprendió que un tema tan delicado no esté regulado ni tenga un circuito de gestión local. Cuando investigamos, nos dimos cuenta de que esto no pasa solo en San Francisco, sino en casi todo el país, y que el vacío normativo no está relacionado con desinterés o negligencia por parte del Estado, sino con la poca información que circula al respecto”, explicó Bravo.
Y agregó: “La Organización Mundial de la Salud declaró a la resistencia antimicrobiana como una de las principales amenazas sanitarias globales. Por eso es fundamental actuar desde lo local".
Estudiantes impulsan un programa para gestionar residuos farmacológicos: de qué se trata
Qué plantea el proyecto
El texto presentado ante el Concejo, que cuenta con el aval del Colegio de Farmacéuticos de la ciudad, propone una estructura concreta de gestión, basada en tres pilares: contenedores específicos en farmacias y Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS), campañas de concientización ciudadana y transporte seguro a plantas habilitadas para el tratamiento final de estos residuos.
La ordenanza establece que los RAM incluyen medicamentos vencidos, parcialmente utilizados o descartados por cualquier motivo, así como sus envases primarios (blisters, frascos, jeringas, etc.). El programa tendrá como objetivos prevenir la contaminación de cuerpos de suelos y agua, reducir los riesgos sanitarios asociados a la resistencia antimicrobiana y fomentar un consumo más responsable.
También se prevé la celebración de convenios entre el Municipio y las farmacias para regular su participación, y sanciones para quienes dispongan inadecuadamente estos residuos.
"Cuando tiramos medicamentos, especialmente antibióticos, al inodoro o a la basura, sus principios activos terminan en el medio ambiente acuático. Allí, las bacterias ambientales están expuestas a dosis bajas y constantemente, y esta exposición no las mata, porque tienen la capacidad de volverse resistentes. Estas bacterias resistentes no solo se adaptan, sino que pueden transferir sus genes de resistencia a patógenos que afectan a humanos y animales. El resultado es que los antibióticos que usamos actualmente se vuelven ineficaces, lo que convierte a una simple infección en una amenaza potencial", explicó Bravo.
“El objetivo principal del programa es educar y concientizar a la comunidad para cambiar hábitos y prevenir problemas mayores”, agregó Servín.
Farmacias como puntos clave
Uno de los pilares del proyecto es el trabajo articulado con las farmacias de la ciudad. Las estudiantes mantuvieron reuniones con el Colegio de Farmacéuticos, quien expresó su respaldo formal a través de una nota de adhesión presentada junto al proyecto.
“Desde el Colegio nos confirmaron que el personal de salud conoce esta problemática, pero que no existe aún un sistema que involucre al ciudadano común. Las farmacias estarían dispuestas a colocar puntos seguros de recolección y colaborar con la logística”, detalló Servín.
Actualmente, algunos residuos vencidos que se generan en farmacias y hospitales son recolectados por operadores habilitados y trasladados a Córdoba. Sin embargo, esa práctica no incluye medicamentos descartados por la población general. El proyecto busca cubrir esa brecha y generar un circuito de recolección desde los hogares.
“Todos tenemos medicamentos vencidos en casa. Y si no sabemos qué hacer, los tiramos a la basura. Este proyecto apunta a cambiar eso”, resumió Bravo.
Participación ciudadana y respaldo técnico
La propuesta fue acompañada por un listado de firmas de vecinos, superando el 1,5 por ciento del padrón municipal, tal como lo exige la normativa para acceder a la banca del vecino. Además, cuenta con el acompañamiento de los docentes Pablo Boetto y Virginia Panero, quienes impulsaron el desarrollo del proyecto en el marco de sus cátedras.
Las estudiantes destacaron que la ordenanza fue pensada desde una lógica de bajo costo y alta viabilidad, ya que aprovecha la infraestructura existente (farmacias, CAPS) y cuenta con aliados institucionales. También proyecta una participación activa de la Tecnicatura en futuras campañas educativas en escuelas y espacios comunitarios.
“Creemos que sería muy importante que San Francisco sea pionera en esta temática. No hay antecedentes similares en la provincia. Es una forma de posicionar a la ciudad con políticas ambientales modernas y responsables”, dijo Bravo.
El proyecto fue presentado el 5 de noviembre ante el Concejo Deliberante y ahora se encuentra en evaluación. Las estudiantes esperan ser convocadas en breve para exponer su propuesta de forma verbal durante una sesión ordinaria, tal como lo permite la ordenanza de la banca del vecino.
“Ojalá el Concejo lo trate antes de que cierre el período legislativo, porque llegamos con los tiempos justos. Si se aprueba, nos gustaría que se le asigne una parte del presupuesto de Medio Ambiente para comenzar con la implementación el próximo año”, señalaron.
Farmacéuticos apoyan la propuesta
La presidenta del Colegio de Farmacéuticos de San Francisco, Nora Gagliano, confirmó su apoyo al proyecto impulsado por las estudiantes y remarcó la importancia de tratar los medicamentos vencidos como residuos contaminantes y no como basura común.
Desde su experiencia profesional, advirtió sobre las consecuencias sanitarias y ambientales de una gestión inadecuada. “Los medicamentos no se pueden tirar como si fueran yerba. Contaminan el suelo, el agua y terminan afectando a toda la población. Por eso me parece muy bueno el proyecto de las chicas”, sostuvo.
Gagliano explicó que actualmente las farmacias de la ciudad ya cumplen un protocolo de recolección para medicamentos vencidos. Ese procedimiento es coordinado por el Colegio de Farmacéuticos, que organiza retiros periódicos a través de vehículos habilitados y los envía a Córdoba para su tratamiento.
La presidenta del Colegio consideró viable que las farmacias funcionen como puntos de recolección para medicamentos vencidos del público general, siempre que exista un sistema claro y con recolección frecuente. “No se puede tener bolsas con medicamentos durante meses. Sería contaminante. Pero si hay una periodicidad establecida y un compromiso municipal, es perfectamente posible. Hay un costo y una logística que como farmacias no podemos asumir solos. Por eso es clave que el municipio intervenga”, afirmó.
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