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A pesar de los importantes ajustes tarifarios de los últimos años, el precio de la energía eléctrica que pagan los hogares en la Argentina, en términos de su valor en dólares, se mantiene significativamente bajo en comparación con las principales ciudades del mundo y la región. A pesar de la recomposición tarifaria que experimentó el país, se puede afirmar que los argentinos pagan una de las tarifas eléctricas más bajas del mundo, aún con impuestos incluidos.
Un informe de la consultora especializada Economía y Energía detalló que, si bien la recomposición del cuadro tarifario fue notable, la tarifa final se ubica en un puesto inferior en el ranking global. En la comparación con las principales capitales de Europa (incluyendo impuestos), se mantiene la tendencia al sumar el 21 por ciento de IVA a la tarifa Nivel 1 de Buenos Aires.
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Durante 2023 y 2024, los aumentos en las tarifas de electricidad y gas natural estuvieron por encima del crecimiento del IPC, los salarios y el tipo de cambio, recuperando parte del atraso que habían experimentado en los años previos. Sin embargo, desde fines del año pasado se observa un cambio en la dinámica, en donde los incrementos tarifarios se ubicaron por debajo de la variación del IPC, el TCN y los salarios de los trabajadores registrados.
Durante el corriente año, el incremento tarifario para los usuarios residenciales de energía eléctrica se concentró en los usuarios de Nivel 2 y Nivel 3 (ingresos bajos y medios). Estas subas se explican principalmente por la reducción gradual de subsidios para los hogares de ingresos medios y bajos.
En tanto, que las tarifas abonadas por los hogares de mayores ingresos (Nivel 1) se redujeron en términos reales. La apreciación del tipo implicó un mayor incremento de las tarifas en dólares, que evaluadas según el poder adquisitivo local.
Cuánto pagan los argentinos por la luz
Más allá de la coyuntura, la recomposición experimentada por las tarifas explica la sensible contracción que experimentaron los subsidios al sector energético en los últimos años. Al observar las tarifas residenciales de energía eléctrica sin impuestos en ciudades de Latinoamérica, se evidencia una diferencia marcada.
Una de las comparaciones realizadas en el estudio contrastó la tarifa de los usuarios Nivel 1 (altos ingresos) de la distribuidora Edenor —con un consumo de 250 kWh/mes— con países vecinos. Pero, al comparar las tarifas en dólares sin impuestos de ciudades norteamericanas como Ottawa, Toronto, Miami y Seattle, las tarifas de ciudades de la Argentina, como Buenos Aires y Córdoba, resultan inferiores.
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En la comparación con las principales capitales de Europa (incluyendo impuestos), se mantiene la tendencia, incluso al sumar el 21 por ciento de IVA a la tarifa Nivel 1 de Buenos Aires. Es decir que a pesar de la recomposición tarifaria que experimentó la Argentina a lo largo de los últimos años, el precio final de la energía para los usuarios residenciales se mantiene rezagado.
Para el cotejo con otros los países se tomó com referencia lo que paga un usuario N1 que en promedio total con impuestos da en Buenos Aires un costo en moneda extranjera de u$s99, de acuerdo a los cálculos de la consultora de Nicolás Arceo. Estos valores mensuales se ubican en la región solamente por encima de Asunción con u$s67 y debajo de La Paz u$s117, Brasilia u$s123, Santiago de Chile u$s180 y Montevideo u$s245.
Ya entre las ciudades con costos eléctricos más altos a nivel mundial están Berlín u$s480, Berna u$s422, Londres u$s416, Bruselas u$s406, Roma u$s375, París u$s317 y Madrid u$s298, Budapest u$s106, Helsinski u$s203, Estocolmo u$s223, Atenas u$s292. Si la referencia es con ciudades de América del Norte, en este caso sin impuestos, se parte de un costo de u$s82 en Buenos Aires, frente a u$s105 de Otawa, u$s111 de Toronto, u$s126 de Miami o u$s142 de Seattle.
El recorrido del ajuste eléctrico
El nivel de cobertura del costo de la generación de energía eléctrica es el principal indicador de la disparidad. Es que un usuario Nivel 1 (Altos Ingresos) cubre el 85 por ciento del costo de generación en lo que va de 2025, un Nivel 3 (Ingresos Medios) cubre el 57 por ciento y un Nivel 2 (Bajos Ingresos) apenas el 38 por ciento del costo de generación. Esto significa que, mientras los usuarios de altos ingresos pagan un precio más cercano al costo real, los de ingresos medios y bajos son los principales beneficiarios del esquema de subsidios.
A mediados de 2024, se definió la continuidad del esquema de segmentación tarifaria, aunque con modificaciones: los usuarios de ingresos bajos (Nivel 2) pasaron a contar con un bloque subsidiado de 350 KWh/mes, y el bloque base del Nivel 3 se redujo a 250 KWh/mes; en ambos casos, el consumo excedente se valoriza al precio del Nivel 1.
Además, comenzó a publicarse un precio para la energía para el Nivel 1 y se estableció una bonificación para los usuarios de niveles 2 y 3. Adicionalmente, se dispuso que entre febrero y diciembre de 2025 estos debían alcanzar una cobertura progresiva del 50 por ciento y 35 por ciento, respectivamente.
Tras la recomposición tarifaria del primer semestre de 2024 se aplicaron incrementos progresivos en los precios de la energía y la potencia. Durante el segundo semestre de dicho año, el Nivel 1 alcanzó un nivel de cubrimiento pleno, incluso superior al costo monómico.
A fines de abril de 2025 se publicaron las resoluciones con los resultados de la RQT, fijando el sendero tarifario, ajustes mensuales y el plan de inversiones para 2025 –2030. Sin embargo, dado el fuerte ajuste inicial de 2024, la puesta en vigencia de la RQT no implicó un salto significativo en el VAD. |