servipublicos.com
Versión para imprimir Volver a inicio
Mejor Energía Neuquén  
Cambio climático: cuáles son las claves para financiar la transición energética en países en desarrollo

En un escenario energético global marcado por la incertidumbre y la creciente necesidad de acelerar la descarbonización, los fondos climáticos multilaterales (FCM) se han consolidado como actores fundamentales para impulsar transiciones energéticas seguras, asequibles y resilientes en países en desarrollo.

Según un análisis reciente de la Agencia Internacional de Energía (AIE), basado en datos de la OCDE, los FCM asignaron entre 2015 y 2024 unos U$S 7.800 millones a proyectos de energía limpia, de los cuales el 95 por ciento se destinó a economías emergentes.

Asia y África concentraron más de la mitad de estos recursos, principalmente en iniciativas de generación eléctrica, aunque también crecen los fondos para sectores como la construcción, el transporte y la industria.

El uso de instrumentos concesionales es una de las claves del impacto de estos fondos. De hecho, entre 2015 y 2024, alrededor del 70 por ciento del financiamiento energético otorgado por los FCM calificó como Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), lo que los diferencia de otros financiadores públicos internacionales y refuerza su atractivo para proyectos con alto riesgo o retorno incierto.

Un ejemplo de alto impacto es el programa Climate Investor One, apoyado por el FVC con U$S 100 millones en capital de riesgo y subvenciones. La iniciativa logró movilizar hasta 930 millones de dólares adicionales y generar más de 1 GW en capacidad renovable instalada en 11 países de África, Asia y América Latina.

Pese a los avances, la distribución regional del financiamiento concesional revela disparidades. África, detalla la AIE, recibió un 25 por ciento del financiamiento total de los FCM para energía limpia en el período analizado, pero solo el 56 por ciento fue en condiciones concesionales, comparado con el 84 por ciento en el Sudeste Asiático. Esta brecha refleja las dificultades estructurales que aún enfrentan muchas economías africanas para acceder a capital asequible.

Además del financiamiento directo a proyectos, los FCM destinaron unos U$S 1.200 millones a asistencia técnica y preparación de políticas, un componente esencial para fortalecer capacidades locales y generar carteras de proyectos financiables.

Para la AIE, la financiación de los FCM comienza a diversificarse hacia sectores estratégicos más allá de la generación eléctrica tradicional. En 2024, la participación de proyectos solares y eólicos bajó del 50 por ciento, en favor de iniciativas de redes eléctricas, almacenamiento y movilidad eléctrica, cuyos montos se han incrementado significativamente.

La declaración conjunta emitida por los cuatro FCM durante la COP28 en Dubái trazó una hoja de ruta hacia una mayor eficiencia operativa. Entre las prioridades se encuentran armonizar procedimientos, mejorar los plazos de aprobación y simplificar el acceso a recursos, todo mientras se promueven mecanismos como la financiación combinada, el uso de moneda local y el desarrollo de capacidades financieras en mercados emergentes.

Frente a un panorama de inversiones cada vez más desafiante, los fondos climáticos multilaterales siguen demostrando que pueden ser aliados estratégicos de alto impacto en la carrera por una transición energética justa e inclusiva.