El Gobierno de Santa Cruz acaba de dar un golpe sobre la mesa tras descubrir un incidente ambiental en las instalaciones de YPF en Cañadón Seco. A través de la Secretaría de Fiscalización y Control Ambiental Energético y Minero, se verificó la presencia de materiales contaminados con hidrocarburos dispuestos sin ningún tipo de medida de seguridad en el suelo natural.
La falta de encapsulado y contención puso en riesgo tanto el suelo como las napas subterráneas, lo que motivó la intervención inmediata del gobierno provincial.
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La inspección, realizada el 4 de octubre, reveló varias irregularidades, como la ausencia de impermeabilización, la falta de trazabilidad de los residuos y la carencia de un plan operativo o de contingencia para hacer frente a un posible desastre ambiental. Además, se detectó un alto riesgo de infiltración por el contacto directo de los residuos con el terreno, lo que eleva el nivel de preocupación en una región sensible desde el punto de vista ambiental.
Como resultado, la Subsecretaría de Contralor Ambiental Zona Norte instó a YPF a retirar de inmediato los residuos contaminantes, presentar un informe técnico detallando el origen y tratamiento de los mismos, y elaborar un plan de remediación con cronograma y responsables específicos. "Se debe evitar la acumulación sin encapsulado en el futuro", advirtieron las autoridades, exigiendo además el cumplimiento de las normativas ambientales vigentes.
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En respuesta, YPF tiene la obligación de ajustar sus procedimientos a las exigencias del gobierno provincial y presentar pruebas fotográficas y documentales de las medidas correctivas adoptadas. Desde la Subsecretaría aseguran que continuarán supervisando la situación de cerca, trabajando en territorio para garantizar que el patrimonio natural de Santa Cruz no se vea afectado por malas prácticas.
Este incidente pone en evidencia las tensiones que surgen entre la explotación de recursos naturales y la protección del medio ambiente, un tema que sigue siendo central en el debate público y que, en este caso, pone a las empresas en el ojo de la tormenta. |