| |
Revista Petroquímica 19-12-2025 En un sistema eléctrico dominado por fuentes renovables, Uruguay volvió a recurrir al gas natural como apoyo puntual para la generación térmica. A comienzos de este mes, UTE inició el uso de gas en la central de ciclo combinado de Punta del Tigre, tras la firma de un contrato con Pan American Energy (PAE) que habilita la importación del fluido desde Vaca Muerta.
El suministro se realiza a través del Gasoducto Cruz del Sur, que conecta Punta Lara, en Argentina, con Colonia y Montevideo. El ducto es operado por un consorcio integrado por PAE, Ancap, Harbour Energy y Shell. Según informó la petrolera, hasta el momento se entregaron más de 7 millones de metros cúbicos de gas natural y se prevé un mayor volumen de exportaciones hacia Uruguay durante el verano.
PAE es uno de los principales productores de gas natural de Argentina y abastece tanto al mercado interno como a países de la región. En este caso, el gas argentino funciona como una alternativa de menor costo para la generación térmica uruguaya en momentos de alta demanda, especialmente durante jornadas de temperaturas extremas.
La medida debe leerse en el contexto de una matriz eléctrica en la que casi toda la demanda se cubre con generación renovable. En Uruguay predominan las fuentes hidráulica, eólica y solar, mientras que la generación térmica ha reducido de forma significativa su participación y quedó reservada, principalmente, como respaldo ante contingencias como sequías o picos de consumo por el uso intensivo de aire acondicionado.
El acceso al gas natural permite a UTE encender las centrales térmicas a un costo sensiblemente menor que el gasoil. De acuerdo con datos de la Administración del Mercado Eléctrico (ADME), los costos variables de generación con gas en Punta del Tigre se ubican entre US$ 83 y US$ 115 por MWh. En contraste, las unidades que operan a gasoil presentan costos que van desde US$ 127 por MWh en los motores de Central Batlle hasta US$ 155 por MWh en ciclos combinados cerrados y alcanzan los US$ 247 por MWh en la propia central de Punta del Tigre.
Además del gas, otra herramienta utilizada por UTE para optimizar el abastecimiento ha sido la importación de excedentes de energía, principalmente desde Brasil, cuando los precios resultan más convenientes que la generación térmica local. Esta estrategia también permite preservar el nivel de agua en las represas durante los meses de mayor consumo.
La incorporación de gas natural no supone un cambio estructural en la política energética del país ni un aumento permanente del peso de la generación térmica. Se trata de un respaldo puntual para reducir costos y emisiones cuando el sistema lo requiere, manteniendo una matriz mayoritariamente renovable.
En lo que va del año, el 44 por ciento de la demanda eléctrica se cubrió con energía hidráulica, el 33,2 por ciento con eólica, el 13,1 por ciento con biomasa y el 3,6 por ciento con solar. La generación térmica representó apenas el 1,8 por ciento, mientras que las importaciones explicaron el 1,7 por ciento desde Brasil y el 2,6 por ciento desde Argentina. En diciembre, en tanto, la participación térmica ascendió al 5,5 por ciento del total. |
|